21 de des. 2009

Empezando de nuevo.



Tras los cerca de 20.000 kilometros de la foto, esto se ha acabado.

Ya hace casi tres meses que volví de Ethiopia y, tras acabar de relatar los últimos kilómetros del viaje, una cabecera con “Rumbo al Norte” ha dejado de tener sentido en este blog. El viaje empieza a quedar atrás y curiosamente con él parecen acabar algunas de las cosas que motivaron su comienzo o lo han ido acompañando hasta su fin.

Hay muchas maneras de acabar y esta ha sido de las mejores posibles. Ni lágrimas ni pena, solo algún suspiro y una extraña sonrisa de satisfacción que algunos nunca lograrán entender. Una sonrisa que sabe que lo vivido ha sido mucho y muy grande pero que, como todo, tenía su propia fecha de caducidad. Cuesta asumir el final de las cosas buenas, quizás por eso solemos exprimirlas hasta que no dan más de sí. Aquí en cambio, parece que se hayan enterrado a tiempo para dejar que germinen y sean el inicio de lo que queda por venir.

Y ahí estamos! En una especie de pasillo llamado Barcelona entre la puerta de atrás y la que empieza a intuirse delante. El blog continuará, está claro, pero durante este periodo transitorio es probable que se relaje un poco, así que tendréis que ser algo pacientes. Ya irán pasando las cosas a su tiempo.

Y a la espera del futuro, no quería empezar esta nueva etapa en el blog sin agradecer a toda la gente que me ha estado siguiendo durante este tiempo. A los amigos y familiares que se preocuparon por mí cuando no actualizaba y a los conocidos que me curiosean a intervalos regulares. A las visitas exóticas desde Nepal, Australia, las que siguen desde Maputo o les queda poco en Kenya. Pero sobretodo, a TODOS aquellos que se encontraron este blog por diversas casualidades y decidieron quedarse. Entre ellos el mejicano que googleódiferencia entre robo y asalto” y no contento con eso, propagó mis líneas por media América Latina colaborando a que actualmente casi el 50% de las visitas provengan de ese continente.


Mapa con las visitas del blog.

Yo mientras aquí sigo, terminando algunas cosas para poder empezar otras. Hasta la próxima!

17 de des. 2009

Contenido adicional.

Buenas de nuevo!

Aprovechando que desde España la conexión es bastante más rápida que todos los sitios que he estado visitando últimamente os adjunto unos cuantos vídeos que no pude colgar en su debido momento (los del ecuador necesitaron de una ración extra de paciencia en Kampala!).



Grupo de niños cantando el himno de Mozambique en Ilha. "Milhões de braços, uma só força... oh pátria amada, vamos vencer!"
El himno de Mozambique tras su independencia era el mismo que el del Frelimo (el partido que gobernaba). No fue hasta el 2002, 8 años después del fin de la guerra civil, que no se dignaron a cambiarlo por uno que representara a todo el país.


Partida de Bao. Este juego es bastante popular en Malawi y Tanzania. A mi me enganchó bastante porque resultaba el perfecto pasatiempo para conocer gente y mantener la mente despierta (para ser un buen jugador es esencial sumar con agilidad y tener visión de juego). Los jugadores del vídeo son bastante expertos y si os fijáis empiezan su turno sin esperar a que el otro finalice (debido a que ya sabe como acaba su movimiento). Conmigo necesitaban algo de paciencia (por suerte de eso van sobrados) pero al cabo de unas semanas (y un par de buenos profesores) le cogí el tranquillo al tema y empecé a ganar algunas partidas (aunque predominaron las palizas clamorosas!).


Canciones en el Hospital Rural de Atupele (Malawi). En el blog ya os enseñé que hicieron una obra de teatro que hablaba sobre las buenas prácticas higiénicas para prevenir el cólera. Aquí la cosa ya va más del rollo tradicional con canciones que también tratan estos temas.


Vista general de Loiyangalani. Por si no quedó claro en su momento: de lo mejor del viaje! Cada día veo más claro que tarde o temprano volveré a visitarlo.


Mascando chat en un local de Addis Ababa. Esta planta, ilegal en algunos países, se masca frecuentemente en Kenya, Etiopia, Somalia y países cercanos (lo que no llegué a entender es porque en Kenya mascan el tallo y en Etiopia las hojas). Contiene un pequeño estimulante y mi primera vez me ocasionó una noche de insomnio planificando la gestión de la prevención, calidad y medio ambiente de una obra que aún no ha empezado (...). Por suerte cuando te acostumbras se hace más llevadero. Últimamente se ha hecho famoso porque los "piratas" de Somalia lo mascan de manera compulsiva.


De los días más divertidos del viaje!!! No sé si fuera de contexto esto se va a apreciar...
Conocí a este grupo de jóvenes en Turmi, mientras descansaba de mi largo viaje transfronterizo, y me invitaron a una especie de habitación donde alguno de ellos dormía. Todos eran estudiantes en vacaciones (rondaba el año nuevo etíope) y tenían ganas de pasárselo bien a base de cervezas y canutos. La noche fue un constante de comentarios bizarros soltados por el chico del vídeo a los que se unían las frases filosóficas del amigo a su derecha.


11 de des. 2009

No more rice!

Mi primera comida en Etiopía fue en Yabelo, un pequeño pueblo cercano a la frontera con Kenya que solo tiene autobuses hacia Jinka los domingos.

Era miércoles.

Me encontraba en pleno viaje atravesando el infierno y mi experiencia etiope se limitaba al cruce por la frontera en Moyale, 4 horas de autobús barato y el pequeño (y único) hotel de Yabelo donde me alojaba. Tras tres días malcomiendo y dos noches viajando el HAMBRE que tenía precisaba de escribirse en mayúsculas para entenderse, así que una vez aceptada la habitación me dirigí al restaurante del establecimiento donde el único que sabia algo de inglés era el hijo de los dueños, de 12 años. Mediante el símbolo internacional de “comida” (mano derecha con las puntas de los dedos tocándose y señalando tu boca) entendieron que quería comer. Un “what?” forzado de acento preguntaba acerca de mis preferencias y mi encogida de hombros con las manos haciendo círculos demostró que me daba exactamente lo mismo.

Tras casi dos años en África ya me había adaptado a las limitaciones de su cocina. La mayoría de días mi dieta se basaba en cantidades abundantes de insaboro arroz o xima (ugali en los países de habla swahili y que consiste en una especie de puré de maíz) acompañado por algún trozo de pollo o ternera con corte africano (es decir, por cualquier lado) donde no era extraño acabar con mas hueso que chicha. Con suerte se acompañan de algunas salsas a partir del caldo de la carne o de verduras y en las zonas cercanas a la costa, gracias a la influencia árabe, cocinan el arroz con especias, conocido como pilau y que ya tenía asumido que era lo mejor que podía encontrarme.

Tras una breve espera, y una cerveza fría que me supo a gloria, me trajeron algo totalmente diferente: en una gran bandeja se extendía una especie de crep llamado injera sobre el que se presentaban diferentes porciones de comida variada (puré de garbanzos, carne con cebolla, patatas con especias...). No fue una gran sorpresa porque en Uganda fui a un restaurante etíope y ya había visto algo similar, pero fue entonces cuando me di cuenta de algo maravilloso: En Etiopía no hay arroz.

Un par de lágrimas recorrieron mi cara ante tal pensamiento.

Si recordáis la entrada de “tribalistas”, en el mapa del reparto africano, Etiopía permaneció como país independiente ajeno al proceso colonial. Esto se debió, entre otras razones, a que la excusa de “evangelación” utilizada por las potencias europeas aquí no tenía sentido pues ya en el siglo IV el cristianismo era la principal religión de los pueblos entonces existentes (para que os hagáis una idea los visigodos adoptaron el cristianismo a finales del siglo VI). Si añadimos a esto que el país, sobretodo el norte, es un sinfín de montañas que dificulta una invasión desde el exterior se entiende que el país desarrollara su propia cultura reflejada ya no en su peculiar gastronomía sino en el resto de aspectos de la vida diaria.

Cuadros con imágenes cristianas en Mercator, Addis Ababa. A diferencia del supermercado de la fe que había observado hasta entonces en el resto de África, la religión se percibe como algo mucho más interiorizado en la población.

Detalle de una de las iglesias de piedra monolíticas en Lalibela. Fueron excavadas directamente de la roca alrededor del sigo XIII (en Europa acababa el arte románico) y constituyen uno de los centros de peregrinación cristianos del país.

Unos monjes conversan durante una ceremonia cristiana en Lalibela. La ciudad tiene mas de 300 monjes y sacerdotes.

Transcurso de la ceremonia. Se pasan unas 2 horas cantando y tocando panderetas y tambores (al menos puedes participar y se hace entretenido). Al final sale el sacerdote, lee un par de pasajes de la Biblía, tocan otra hora y se van para casa.

Monje ortodoxo en el interior de una de las iglesias de Tigray, excavadas en forma de cuevas en las montañas. Data del siglo XII y muestra la larga tradición crisitiana existente en el país.

Así, por ejemplo, existe una ceremonia específica para servir el café o la tradición de llenar el suelo con hierbas en las principales festividades. También disponen de un calendario propio (yo viví la entrada al año 2002 el 11 de septiembre) y los días empiezan a las 6 de la mañana (bueno, esto esta heredado de los musulmanes). Vestidos, peinados, bailes, lengua, escritura, religión... la lista afortunadamente no tiene fin y en su conjunto hacen que Etiopía sea algo único, en el que la experiencia que puedas tener de otros lugares solo te ayuda a identificar las influencias indias, africanas, árabes o cristianas que la conforman.

No me negareis que semejante ensalada de frutas es apetecible, verdad?

Danza de niños etiopes en Jinka. Era no-se-que-fiesta y la tradición mandaba que los niños (solo los hombres) bailaran en todas las casas esperando una pequeña propina al final.


El día de año nuevo se repite la tradición pero esta vez son solo las niñas las que bailan.



Tras tanto cristianismo, el este del país tiene una clara influencia árabe. Mercado de Harar

Muestra de integración de la cultura occidental a la cultura local.


Me pasé dos dias perdiendome en las calles de Harar y es que, al igual que Zanzibar, el lugar esta lleno de pequeños momentos.