Estoy como en casa.
Así de simple y llano. He vuelto de Barcelona y quizás la sensación que más he tenido desde entonces es que estoy bien aquí. A gusto.
Sin darme mucha cuenta y tampoco perseguirlo especialmente saludo a la gente del barrio de Maxaquene A y lo hago muy diferente a cuando llegué. Recuerdo que en las primeras visitas que realicé con Pablo (un asturiano que nos ayudó durante los primeros meses del proyecto) notaba mucha diferencia entre su manera de saludar y la mía. El decía las palabras correctas para cada persona y lugar de manera que era fácil acabar poniéndoselos en el bolsillo. Finalmente yo he aprendido el juego, los juegos de palabras, los gestos y me los he hecho mios de manera que ahora supongo debo ser yo el referente de los estudiantes que llegaron hace un par de semanas. (Aunque tengo que reconocer que yo no dejaré nunca de ser un ingeniero racional por lo que Pablo en este aspecto siempre estará un paso por delante de mi!!).
Me gusta pasear por el barrio y oír a los niños detrás de mí repetir mi nombre (incluso se lo han puesto a un gato!!!), me gusta estar con ellos y demostrarles que el mulungu del barrio no es tan raro, que se esfuerza en aprender cosas en Shangan (su lengua local) y verles reír cuando les suelto alguna de las frases que voy aprendiendo. Me gusta hablar con las mamas y escuchar sus vidas, sus problemas, sus luchas y que los vecinos me paren por la calle para preguntarme dudas sobre el trabajo y verles agradecidos por las respuestas que les doy. Me gusta que me saluden ya no como a un extraño sino como a un vecino más.
O lo mismo con la policía pero al revés, ya los veo venir si quieren “propina” o realmente están haciendo su trabajo. Si se inventan alguna ley (permiso para circular a pie por la ciudad??) o están usando competencias que no les tocan (un policía de tráfico pidiéndome el pasaporte???). Disfruto con esas batallas de silencio mirándose a los ojos en los que ellos intentan ponerme nervioso y yo les muestro la mas grande de las tranquilidades.
Moverme con el coche y saber los atajos, los lugares con más congestión de tráfico y las horas (algo que los locales aún no saben!!!), no ponerme nervioso cuando tienes una chapa contradirección (aunque la compactadora sin luces en medio de una calle oscura de noche de hoy ha sido toda una experiencia!!!), conducir un poco a la mozambicana y saber lo que haces mal…
Quedar con los amigos de aquí, explicarnos la experiencia del día, conocer al friki de turno (el cowboy de la semana pasada en chándal no tenia precio!!!), ir solo al Gil Vicente a tomar una copa y encontrarte con tanta gente conocida que acabas saliendo a las tres de la mañana (y porque al día siguiente por la mañana has quedado, que sino…)
Podríamos resumirlo en lo que le dije a Javi hace dos sábados por la mañana cuando íbamos para
- Sabes como me siento? Como si lleváramos una vida en esta ciudad!
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Bueno, me he dado cuenta que últimamente escribo mucho y no enseño fotos, así que ahí van algunas para compensar, ok? Disfrutadlas!!!