Algo mas de dos semanas es el tiempo que he Estado en Pemba, capital de la provincia de Cabo Delgado. Es aquí donde, como resultado de los extraños repartos de actuación que realiza la cooperación internacional, España concentra el grueso de su actuación, en los ámbitos de salud y educación entre otros.
Conocía a algunos cooperantes que trabajaban aquí y el resto tampoco fue muy difícil de localizar: van todos juntos, especialmente el viernes por la tarde que organizan un partido de voley-playa aprovechando las instalaciones del hotel de lujo de la ciudad. Con ellos descubro la cooperación oficial: a lo grande (presupuestos de 1 millón de euros anuales, el mio tenia 0,13) y asociada a las instituciones gubernamentales.
Se intenta potenciar la acción del gobierno, lo cual sobre el papel es de puta madre y a la practica pues no tanto... se manifiesta esto especialmente con las relaciones de las ONG’s españolas con la Dirección Provincial de Salud de Cabo Delgado (DPSCB), que en teoría seria la contraparte, y como tal tendría unas obligaciones, y se tiene a si misma como beneficiaria, molestándole enormemente que le digan como tiene que hacer las cosas (en una reunión planteo a las ONG’s que si se ponían muy pesadas lo mejor que podían hacer era marcharse!). Dicen que es un poco la postura oficial del gobierno: “tu dame el dinero y no te metas”. Después visitas los centros de salud de la provincia y te encuentras con radios y fuentes que no funcionan, incapacidad de avisar de las deficiencias por parte de un personal que no siempre tiene la formación necesaria o una gestión inadecuada de los residuos sanitarios (con el riesgo higiénico que eso conlleva). A mi me sorprende que gran parte de las consultas sean de pre o post natal y que la mayoría de los diagnósticos no varíen: MALARIA (sin apenas reconocimiento).
La paciencia con que esta gente espera la consulta del medico es toda una lección...
En educación no contacte con cooperación directa pero si conocí la falta de una política clara que padece la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo). Presentas un proyecto y te dicen que es una mierda (tal cual), para al cabo de una semana te propongan llevarlo a cabo en cooperación directa (lo mejor que te puede pasar) y finalmente unos días mas tarde te acaban recomendando que mejor lo dejes estar...
De lo que es Pemba como ciudad para mi lo principal seria que es muy caro (un litro de leche vale 2 euros a modo de ejemplo). La lejanía de los centros de distribución y la pésima red de comunicaciones encarece los productos mas básicos y el poco turismo que recibe tiene un nivel que no se siente afectado por estos precios o son cooperantes a sueldo de manera que no hay mercado para servicios a bajo coste. Aun me sorprende que yo a los 2 días de estar allí, descubriera que en el mercado se comía por 1,5 euros! Los expatriados no necesitan saber estas cosas cuando se les incluye la dieta o su salario se dedica básicamente a comida y ocio (casa y coche suele ir a cargo del proyecto).
Por lo demás, la ciudad se encuentra en la punta de una gran bahía (la 2ª mas grande del mundo) y ofrece buenas vistas del mar y, sobretodo, de los barrios periféricos que se distribuyen en pequeñas laderas que acaban en el mar. También destaca el barrio de los pescadores “Paquitequete” que conserva las casas tradicionales sobre la playa y muestra lo que fue Pemba antes de llegar los portugueses.
La provincia tiene grandes potenciales de turismo de playa (no tuvo suerte ni nada España para que le “tocara” aquí cooperar, verdad?). Yo tuve la suerte de visitar la isla de Ibo, un tranquilo lugar donde habitaron también diversas culturas, aunque creo que la proximidad de mi visita a Ilha de Mozambique no me permitió valorar en su justa medida. Disfruté del paseo del domingo perdiéndonos por las calles y observando la vida local en casas que parecían de chocolate.
También estuve en Pangane... otro mundo!! Es una punta de tierra donde un mar en calma parece rodearte. Algunas islas a lo lejos, arena blanca y un bosque de palmeras que la preceden con un bonito poblado de pescadores que da nombre al lugar. Inmejorable compañía, buena comida y aguas cristalinas lo convierten en un Eden particular.
Otro mundo...!!
Pero el fin siempre llega y el martes salí de Pemba dirección Nampula. No fue fácil, pues aquí se han dado muy buenos recuerdos y sensaciones... pero tenemos que mirar hacia adelante y aceptar las cosas como vienen,no?
(por cierto, esta entrada no seria justa sin agradecer a Pau, Albert, Pedro, Gema y Irene por todo lo compartido estos días!!!)