El dia empieza pronto, a las siete de la mañana hemos quedado con Abdul, un joven de Ilha de Mozambique, enfrente del hostal donde nos hospedamos Domingo, un francés que me acompaña, y yo. Confirmamos la excursión y en el tiempo que el ultima los preparativos a nosotros apenas nos da para un pequeño desayuno de pan y mantequilla.
A las 7:45 nos viene a buscar con prisas: la marea esta bajando y hay que salir cuando antes. Podríamos recriminarle no haber avisado antes, pero en un país como Mozambique estas cosas son habituales. Cruzamos la isla y cerca del museo nos espera una pequenha barca con vela arábica.
Subimos y lentamente nos alejamos del embarcadero. Nos acompañan Aliese, nuestro guía, Amilio, dueño de la barca y João que aprovecha el viaje para volver a casa. El trayecto hasta Cabeceira Pequenha, al otro lado de la bahía es de apenas 2 kilómetros,pero la suave brisa exige paciencia.
No tardamos en comprobar que las advertencias de Abdul eran serias y el fondo marino cada vez se ve mas cercano. El poco calado de la barca y la pericia de Amilio nos salvan de más de un banco de arena pero finalmente tenemos que desembarcar y hacer el ultimo tramo a pie.
Nos aprovisionamos de agua en un pozo local y en Cabeceira Pequenha nos despedimos de João. De ahí a la playa son apenas 15 minutos entre manglares que atravesamos gracias a la baja marea. La vista al llegar es espectacular. La marea ha tranquilizado la mar y le permite mostrar el azul claro que le da la arena blanca. Al horizonte se divisan montañas de nubes blancas, pero sobre nosotros el cielo no puede ser mas puro. Treinta minutos al norte bajo un sol abrasador esta nuestro destino: dos pequeños arboles sirven de refugio a un grupo de 6 personas. Charlan tranquilamente mientras restan a la espera. Un fajo de peces atados con una hoja de árbol nos avisa que algún pescador ya ha vuelto y que el resto no tardaran.
Aprovechamos el poco tiempo que nos queda para tomar un baño rápido en las cálidas aguas del Índico e inmediatamente después empezamos a recopilar leña con la ayuda de Aliese, que solo parece colaborar cuando Domingo se lo indica.
Acabamos justo a tiempo cuando empiezan a llegar las pequeñas barcas, apenas canoas, de los pecadores. Se hicieron a la mar a las seis y después del mediodía inician su vuelta. La escena se repite con cada uno de ellos: a su llegada algunos de los que aguardaban en la playa, normalmente los más jóvenes, acuden a ayudar al recién llegado. Entre todos cargan la barca hasta el borde superior de la playa, donde ya no llega la marea. Es ahí mismo donde se negocia el precio de la pesca. Un pez piedra y cuatro calamares nos salen por 60 MT, que con los 10 previos por unos limones, sal y piri-piri (picante) hacen un total de poco mas de 2 euros.
Domingo se encarga de preparar la comida. Ha trabajado de cocinero en diversas partes del mundo y incluso montó un restaurante en París que acabó traspasando para poder seguir viajando. Maneja el cuchillo con soltura y mediante unos simples cortes transversales y una salsa de limón, sal y piri-piri prepara el pescado. Los calamares aún resultan mas fáciles: directamente sobre las brasas del fuego. Mientras tanto siguen llegando pescadores y negociando precios.
Cuando nosotros empezamos a comer las tareas a nuestro alrededor ya son de limpieza de las capturas y juntarlas en paquetes para llevarlos al pueblo. Ahí serán minimamente congeladas y transportados a Nampula, la segunda ciudad mas poblada del país. Con todo este proceso habrán ganado unos 5 MT por pieza, lo que hace unos beneficios de más de 100 euros mensuales, nada mal en un país donde el salario mínimo ronda los 55 €.
Vease la calidad de las armas locales... Acabamos de comer y ya estamos solos en la playa. Acompaño a Domingo hasta un lodge cercano donde nos despedimos. El se vuelve a Ilha para permanecer hasta el 3 de marzo para luego volver a Maputo, Isla de Reunión y finalmente París, donde le espera un trabajo. Yo me voy a Chocas, el pueblo de la zona, para seguir mi camino hacia Pemba el día siguiente.
Después de un día como ese uno se pregunta para que sirven las teles si puedes vivir los programas desde dentro…
4 comentaris:
M'ha fet gràcia el teu particular Thalassa jeje
xD...
que envidia cochina q te tengo!!!
muy bueno lo del Thalassa! Brutal programa! de lo poco bueno que dan por la tele.
la foto de las "armas", son arpones?
por cierto, yo ya tengo la entrada del sonisphere: metallica, mastodon, slipknot y lamb of god!!! \m/
sigue informando,...
un abrazo templario!
sip, son arpones totalmente artesanales...
oye, me llamo alvaro y el año pasado estuve viviendo en una de las islas de las quirimbas. Se llega en barco desde mocimboa da praia. Soy buzo y estuve haciendo una exploracion de arrecifes en la zona, que es la leche.
El nombre de la isla es TAMBUZI.Estan construyendo un pqueño hotel de lujo y la isla esta desierta. Aun continuan todos mis amigos locales trabajando alli, y hay un portugues-mozambicano muy buena onda haciendose cargo del sitio ahora.Se llama Victor.
Si quires ir, estas invitado. Todavia esta mi compresor de buceo y un par de botellas alli.
Es el sitio mas bonito que he estado en mi vida.
Yo ahora vivo en maputo, me quedo 1 mes mas por aki y luego me voy a otro destino que aun desconozco. Llamame y te doy mas detalles, pero creeme que no te deberias ir de cabo delgado sin hacer esta excursion. Si quieres saber mas de la isla metete en el blog que escribia en aquel entonces:
www.aventurasdeunhombreafortunado.blogspot.com
o directamente pegame un toque:
00258-844 726 763.
un saludo y buen viaje!
alvaro.
pd-yo tambien estuve en cfm en la fiesta de las mascaras, brivon! Aupa maputo!!
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