Like Hyban at home

Mi estancia en Maputo esta próxima de una pausa y irremediablemente piensas un poco como han ido las cosas durante estos 7 meses.

No es ningún secreto que los inicios fueron duros, muy duros. Muchos cambios, malas noticias y cierta desorientación personal fueron un poco la causa de todo ello, pero uno tiene que saber donde esta y lo que le toca hacer así que poco a poco aprendes a dejar las cosas atrás (o aparcadas en la cuneta) y te vas integrando en el entorno que te rodea (mil gracias a toda la gente que me ayudó a ello).

Pero esto no quita que de tanto en tanto, algunas veces de forma buscada y otras por pura casualidad, hagas cosas que te lleven a sentirte como en Barcelona. Es agradable estar ahí y pensar; "ala, como en casa, como mola!" asi que ahí va una pequeña recopilación de algunos de ellos:

El primero fue en Inhambane con las Franchescas (hablé de ellas en "viaje al trópico"). Era finales de febrero y mis viajes a Inhambane tocaban a su fin con la próxima llegada de Ferran. En medio de bromas y cervezas estas italianas no tenían mucha confianza en mis dotes culinarias así que las invité a cenar pasta en casa para que decidieran por ellas mismas. Evidentemente aceptaron encantadas (en Inhambane tampoco hay mucho moviemiento y cualquier invitación siempre es bienvenida) dispuestas a tirar por el suelo mi cocina mediterránea (las italianas son mujeres difíciles).
Compré lo poco que se puede comprar en Inhambane: pasta de dudosa calidad, cebolla, tomate maduro (fue imposible encontrar frito) y cerveza (esto último para intentar nublar su juicio y jugar un poco a mi favor!!). Y nada... llegaron al anochecer y mientras yo cocinaba ellas examinaban a fondo todos mis actos. No me ayudaron en nada ("sino el plato ya no es 100% tuyo" decían con algo de morro) aunque tampoco hizo mucha falta. Servimos la mesa, para sorpresa de ellas puse algo de musica tranquila (que una cosa es ser heavy y otra sordo!) y nos pusimos a cenar a la luz de un par de velas.

Y fue ahi, en la penumbra, con la pasta, la cervecita fría, la música y la conversación que me vino la sensación de haber vivido eso cientos de veces! La verdad es que durante todo el 2007 ese contexto se repitió con agradable frecuencia y aunque originalmente en lugar de velas tenia bombillas tenues y evidentemente otras compañías agradecí que sucediera y ayudó a sentirme mucho mejor en este país.

Al tiempo de eso, en pleno ataque de morriña culinaria, decidí hacer un desayuno con mi peculiar estilo. La verdad es que la comida por aquí no tiene mucho que envidiar a la española. Demasiado arroz y poco aceite de calidad pero como hay bastantes buenos restaurantes uno no hecha nada mucho en falta. Los desayunos es distinto... aqui no hay embutido, ni queso de calidad, ni aceite bueno, ni chocolate blanco... bueno, si que los hay pero a precios abusivos que me niego a pagar. Solo una vez me lo curré, lo compré todo y me hice un desayuno como los de fin de semana en Barcelona: tostadas con mantequilla y mermelada por una parte y tomate, aceite queso y salchichon por la otra! todo amenizado por mi querido chocolate blanco que para sorpresa de todos a los que se lo explico... me encata bien mezcladito!!!

mmmmm... delicioso!!!

Y para acabar tengo que hablar de la música. Ya he escrito que aquí los conciertos son abundantes y de calidad, pero tengo que reconocer que en los que me siento realmente integrado y a gusto son los de metal... que le vamos a hacer!!! En estos 7 meses he estado en 4 o 5 y realmente los he agradecido! A parte de calidad de los mismos porque, no nos vamos a engañar, es lo que llevo escuchando toda mi vida y eso se nota... y para el día a día cada vez tiro más de mi querido iPod y el grandioso random... caminar por las calles de la ciudad con determinadas canciones no tiene precio!

Darkest Place, el inicio de todo esto

Y poco mas, la verdad es que supongo que el hecho de estar más establecido por aquí hace que sienta menos la necesidad de buscar esas sensaciones del pasado, precisamente por eso, porque cada vez son más pasado.

Supongo que es por eso que ahora que me voy a pasar un par de semanas por Barcelona lo siento como algo de lo que tengo muchas ganas, pero también son muchas las de volverme después de eso a Maputo, mi actual presente.